¿Qué significa y cuál es la diferencia entre kW y kWh?
El kW y el kWh son dos conceptos clave en tu factura de energía. El kW indica la potencia contratada, es decir, la cantidad máxima de electricidad que puedes usar al mismo tiempo y que marca el coste fijo que pagas cada mes. El kWh, en cambio, mide la energía que realmente consumes (de luz o gas) y determina la parte variable de tu factura, la cual dependerá del consumo realizado.
¿Qué es un kW?
El kW (kilovatio) es la unidad que se utiliza para medir la potencia eléctrica que puede soportar la instalación de tu vivienda. Su unidad base es el vatio (W), por lo que 1 kW equivale a 1.000 W. Es decir, si un electrodoméstico consume 1.000 vatios, está utilizando 1 kW de potencia.
¿Y qué es un vatio (W)?
Un vatio (W) equivale a 1 julio por segundo (1 J/s). Esto significa que un aparato que consuma 1 kW durante una hora utiliza 1.000 julios cada segundo. Si tienes una potencia contratada de 4,6 kW, por ejemplo, no podrás consumir más de 4.600 julios por segundo o el interruptor general de tu cuadro eléctrico saltará.
En los suministros eléctricos, el kW indica la potencia máxima que puede soportar tu instalación. Del mismo modo, los electrodomésticos también muestran en su etiqueta técnica la cantidad de vatios que necesitan para funcionar.
Dicho de otra forma, los kW reflejan la capacidad eléctrica de tu vivienda, es decir, cuánta energía puede usarse al mismo tiempo sin que se produzcan cortes. La potencia depende del voltaje (V) y de la intensidad (A) según la fórmula P = V × I.
Por ejemplo, una plancha de vapor necesita entre 2.200 y 2.400 W para funcionar correctamente, mientras que una vivienda sin calefacción eléctrica habitada por dos personas suele requerir una potencia contratada de 3,45 kW para cubrir todas sus necesidades.
En tu factura de luz, este concepto aparece bajo el nombre de "término fijo" o "término de potencia" como veremos más adelante.
¡Ten en cuenta esto!
Según el Panel de Hogares de la CNMC (2024), el 43,5 % de los hogares en España tiene contratada una potencia de entre 4 y 6 kW, aunque un 20,8 % desconoce cuál tiene realmente.
No ajustar bien este valor puede salir caro: mantener más potencia de la necesaria puede encarecer la factura hasta unos 100 € al año.
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¿Qué es un kWh?
El kWh (kilovatio hora) es la unidad que se utiliza para medir la energía que consumes durante un periodo de tiempo. Dicho de forma sencilla, indica cuánta electricidad o gas natural has utilizado en tu vivienda o negocio.
Recuerda que 1 vatio equivale a 1 julio por segundo (1 J/s). Por tanto, 1 kW representa 1.000 julios por segundo. Si tienes un equipo que consume 1 kW de potencia y lo mantienes encendido durante una hora, habrá utilizado 3.600.000 julios, lo que equivale exactamente a 1 kWh de energía.
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En la práctica, el kWh es la unidad que se usa para calcular lo que pagas por la luz o el gas. Por ejemplo, un frigorífico estándar puede consumir unos 55 kWh al mes, y ese valor se multiplica por el precio del kWh que tengas contratado.
Dentro de tu factura de luz, este consumo aparece bajo el nombre de “término de energía”, “término variable” o “término de consumo”, según la comercializadora con la que tengas el contrato.
¿Cómo se miden los kWh de luz y gas que se consumen?
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La cantidad de kWh de luz que se han gastado en una vivienda o local se contabilizan en el contador digital de luz mediante la lectura del contador. Este sistema de medición registra el gasto de electricidad efectuado, lo envía de manera automática a la compañía y esta calcula el precio establecido para su posterior facturación.
En contadas ocasiones puede darse el caso de que la compañía no pueda realizar la lectura. En estos casos, será el propio usuario el encargado de resolver el malentendido, enviando a la distribuidora la lectura del contador de luz.
Sin embargo, como a finales de 2019 se digitalizaron casi el 100% de contadores de luz en España, rara vez se da la lectura del contador de luz, pues, al ser digitales, la compañía sabrá en todo momento los kWh reales consumidos al mes, sin estimaciones de facturas.
En el caso del gas natural, el proceso es similar, aunque no todos los contadores son digitales todavía. Si la distribuidora no puede realizar la lectura del contador de gas, tú mismo deberás facilitar los datos del contador de gas, indicando los kWh consumidos durante el periodo correspondiente.
Así, aunque la digitalización del gas avanza, todavía es común que algunas lecturas sean estimadas. Por eso, si notas diferencias entre el consumo real y el facturado, conviene revisar el contador y enviar tú mismo la lectura a tu distribuidora para evitar estimaciones de factura y conseguir que te cobren únicamente por el consumo realizado.
Diferencias entre el kW y el kWh en luz y gas
Mientras que kW es la cantidad de potencia que el inmueble puede demandar durante un momento determinado, el kWh es la cantidad de energía consumida durante un periodo de tiempo.
En esta tabla vamos a ver un vistazo las diferencias más notables entre estos dos conceptos energéticos:
kW | kWh |
---|---|
Indica la potencia eléctrica contratada, es decir, la cantidad máxima de energía que tu instalación puede usar al mismo tiempo. | Mide la energía consumida durante un periodo de tiempo, como una hora, un día o un mes. |
Determina el coste fijo que pagas cada mes en tu factura. | Define el coste variable, que depende del consumo real de luz o gas. |
En la factura aparece como “término de potencia”. | En la factura se muestra como “término de energía”, “término variable” o “término de consumo”. |
No aplica en el recibo del gas; se sustituye por el término fijo según la tarifa de acceso. | El kWh se utiliza tanto en la factura de la luz como en la del gas. |
¿Cómo influyen el kW y el kWh en las facturas de luz y gas?
Tanto la factura como las tarifas vienen determinadas por dos conceptos que son la parte fundamental que conforma el precio que se pagará por la energía: el kW y el kWh.
El kW y el kWh en la factura de luz
En la factura de luz, el kW define el precio que hay que pagar por el término de potencia. El precio de este término lo fija la tarifa que tengas contratada. A continuación vamos a ver en una factura de luz de Repsol cómo se calcula el coste del término fijo:

Como podemos apreciar, simplemente hay que multiplicar los kW de potencia contratados en cada periodo (punta y valle), por el precio del término de potencia en cada periodo y por el número de días del periodo de facturación, que en luz suelen ser 30 días.
El kWh, por su parte, afectará al término de energía, de manera que el precio del kWh lo marcará la tarifa que tengas contratada. Vamos a ver de nuevo cómo se calcula el término de energía o el término variable, que básicamente es multiplicar los kWh consumidos por el precio del kWh.

El kW y el kWh en la factura de gas
En la factura del gas, el kW no se utiliza, ya que en el caso del gas no existe la potencia contratada. El término de potencia se sustituye por el término fijo y este depende del peaje de acceso del gas en el que te encuentres.
En cuanto al kWh, este funciona igual que en la factura de la luz. Aunque el gas se mide en metros cúbicos, se utiliza el factor de conversión del gas natural para convertirlos en kWh y así poder facturar el consumo de esta energía.
A continuación vamos a ver cómo se desglosa este concepto en una factura de gas:

Podemos ver en el apartado de "Término fijo" cómo en lugar de pagar por kilovatios contratados, se paga un coste fijo mensual, y en el apartado "Consumo de gas", se pagan los kWh consumidos (previamente convertidos a kWh utilizando el factor de conversión de gas natural para pasar de m3 a kWh) multiplicados por el precio del kWh que marca la comercializadora para esa tarifa en concreto.
Precio bajo en el kW o en el kWh, ¿qué es más importante?
A la hora de ahorrar en la factura, es crucial tener en cuenta el precio de la potencia contratada (kW) y el precio del kWh que se indica en cada tarifa. Esto va a servir para comparar los precios de las diferentes tarifas de luz más baratas que existen en el mercado.
Al ser dos conceptos diferentes, puede existir la posibilidad de que algunas tarifas tengan el término de potencia más alto y el de la energía más bajo y otras tarifas lo tengan a la inversa. Saber qué concepto interesa que sea más bajo es fundamental a la hora de ahorrar en la factura.
Debes tener en cuenta que, cuanto mayor sea la potencia que contrates, más te conviene elegir una tarifa con un precio del kW lo más bajo posible. En cambio, si tu consumo (kWh) es alto, te interesará buscar una tarifa con un precio del kWh más económico para reducir el coste de tu factura.
Si quieres ahorrar en tu factura de la luz, es crucial que conozcas las diferentes modalidades de tarifas disponibles según el precio del kWh, ya que de ello dependerá cuánto pagues por la energía que consumes.
- Precio del kWh en los diferentes tipos de tarifas de luz
- Tarifas con precio fijo para el kWh: el precio del kWh será el mismo las 24 horas del día.
- Tarifas con discriminación horaria: estas tarifas tienen distintos precios para el kWh dependiendo de la hora en la que se realice el consumo. Por la noche el precio del kWh es inferior.
- Tarifas con el coste del kWh por horas: en estas tarifas el usuario paga por el kWh al precio que marca el mercado energético. Un ejemplo de este tipo de tarifa es la tarifa regulada de luz.
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