El truco de menos de 20 € que puede recortar tu gasto en calefacción hasta un 20 %

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Truco barato para ahorrar calefacción

Cada otoño pasa lo mismo: empiezan a bajar las temperaturas, sube el consumo de luz y gas y la factura se dispara justo cuando más apetece estar en casa calentito. Antes de rendirte al “este invierno tocará pagar más”, hay un pequeño truco de bricolaje que puede ayudarte a recortar hasta un 20 % el gasto en calefacción. Y sí, sale por menos de lo que cuesta pedir una pizza a domicilio.

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El truco barato para que tu radiador caliente más sin tocar el termostato

La idea es muy sencilla: colocar una lámina aislante reflectante detrás de los radiadores, sobre todo en los que están apoyados en paredes que dan al exterior (fachadas, patios, escaleras comunes, etc.).

Sin esa lámina, parte del calor que genera el radiador se fuga hacia la pared y, de ahí, al exterior. Con la lámina, ese calor “rebota” hacia el interior de la habitación, de manera que necesitas menos tiempo de calefacción encendida para conseguir la misma sensación de confort.

Un truco que suma, no que lo arregla todo

Este sistema ayuda a aprovechar mejor el calor, pero no sustituye a tener la mejor tarifa de gas o usar bien el termostato. Es un complemento más dentro del “plan invierno” de tu hogar.

Por qué poner una lámina detrás del radiador hace que tu casa se caliente antes

Estas láminas suelen estar formadas por un núcleo aislante (espuma, burbuja multicapa, etc.) recubierto de aluminio. Ese recubrimiento metálico refleja la radiación de calor que emite el radiador y evita que se pierda hacia el muro frío.

Dicho en versión “no técnica”: funcionan como un espejo del calor. En lugar de que parte de la energía se escape a través de la pared, la lámina devuelve ese calor al interior de la estancia, haciendo que el resultado sea doble:

  • La habitación alcanza la temperatura de confort en menos tiempo.
  • La caldera o el sistema de calefacción trabaja menos rato para mantener esa temperatura.

Organismos como la OCU llevan años recordando que este tipo de soluciones puede ayudar a reducir entre un 10 % y un 20 % el consumo, especialmente en viviendas antiguas o con un aislamiento deficiente.

Cuida tu instalación tanto como tus radiadores

Un sistema de calefacción bien mantenido rinde más, consume menos y evita averías en pleno invierno.

Dónde conseguir estas láminas y cuánto deberías pagar como máximo

No hace falta irse a tiendas muy especializadas. Este tipo de láminas se vende en:

  • Grandes superficies de bricolaje, como Leroy Merlin o BricoDepot.
  • Ferreterías de barrio, donde muchas veces te pueden cortar el metraje que necesites.
  • Tiendas online (Amazon y similares) con decenas de modelos distintos.

El precio dependerá del grosor, el tamaño del rollo y la calidad del material, pero como referencia:

  • Los modelos básicos y ya decentes suelen empezar en torno a los 12–15 €.
  • Las versiones de más calidad o con mayor espesor se mueven en el rango de los 35–45 €.

Teniendo en cuenta que podrás aprovechar el mismo rollo para varios radiadores y para varios inviernos, el coste por temporada suele ser bastante reducido.

En qué detalles fijarte antes de comprar la lámina para el radiador

No todas las láminas reflectantes aíslan igual. Si quieres notar realmente la diferencia, merece la pena revisar algunas características clave:

  • Verifica que sea ignífuga y esté fabricada con materiales no inflamables.
  • Prioriza modelos de doble capa o multilcapa (por ejemplo, burbuja + aluminio a ambos lados).
  • Busca un espesor mínimo de 5–6 mm: las láminas muy finas suelen aislar bastante menos.
  • Compra un rollo de varios metros para poder cubrir todos los radiadores de la vivienda.

Lo que NO deberías hacer al intentar imitar este truco

Cuando un consejo se hace viral, suelen aparecer versiones “low cost” que pueden salir caras. , y con las láminas para radiadores pasa exactamente eso. 

Estos son los errores más habituales:

  • Usar papel de aluminio de cocina: no está preparado para soportar calor continuado, se arruga con facilidad y no ofrece ni la misma seguridad ni el mismo nivel de aislamiento.
  • Recurrir a inventos caseros como bolsas de patatas fritas, envoltorios metalizados o cartones recubiertos: pueden ser inflamables, deformarse con la temperatura y, en muchos casos, suponer un riesgo.
  • Colocar la lámina mal sujeta, de manera que se desplace y llegue a apoyar directamente sobre el radiador. Si no incluye un sistema propio de fijación, usa cinta de doble cara resistente al calor y deja una pequeña cámara de aire entre la lámina y el aparato.

Combinando este truco con una buena configuración del termostato, un mantenimiento básico de la caldera y una tarifa ajustada a tu consumo, puedes hacer que el invierno sea bastante más llevadero… también para tu bolsillo.