Así logré que mi frigorífico gastara menos electricidad con un cambio de apenas 10 minutos
          Con el frío ya instalado en buena parte de España, el consumo eléctrico vuelve a subir: calefacción, agua caliente, luces encendidas más horas... Pero hay un electrodoméstico que no descansa ni un solo día y que puede estar disparando tu factura sin que te des cuenta: el frigorífico. Un pequeño gesto de apenas diez minutos puede ayudarte a reducir su consumo y alargar su vida útil justo cuando más energía usamos.
¿Seguro de que no estás pagando de más?
Online o por teléfono, te ayudamos a conseguir el mejor precio.
¿Seguro de que no estás pagando de más?
Online o por teléfono, te ayudamos a conseguir el mejor precio.
El aparato que trabaja 24 horas (y que más electricidad consume)
A diferencia del resto de los electrodomésticos, el frigorífico nunca se apaga, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
En este sentido, puede representar hasta un 30 % del consumo total del hogar. Por eso, su eficiencia influye directamente en lo que pagas cada mes en tu factura de la luz.
Lo curioso es que, muchas veces, el problema no está en la antigüedad del aparato ni en la temperatura a la que lo configuras, sino en algo tan simple como la suciedad acumulada en la parte trasera. Esa capa de polvo y grasa puede hacer que el motor trabaje más, consuma más electricidad y se desgaste antes.
¿Sabías qué?
Un frigorífico con polvo en el condensador puede gastar hasta un 15 % más de electricidad que uno limpio, según la OCU.
La limpieza olvidada que puede ahorrarte dinero
En la parte trasera del frigorífico se encuentra el condensador, una rejilla metálica que disipa el calor. Con el tiempo, esa zona acumula polvo y grasa, lo que impide que el calor se expulse correctamente. Como resultado, el motor necesita trabajar más tiempo y a mayor potencia para mantener la temperatura interior.

Una limpieza rápida una o dos veces al año puede ayudarte a evitarlo. Y noviembre es el momento perfecto para hacerlo: hace suficiente frío como para poder apagar el frigorífico unos minutos sin que los alimentos se estropeen.
💡 Otros consejos de ahorro
Pequeños gestos domésticos pueden marcar la diferencia en tu factura de la luz. Por eso, te recomendamos que leas también:
Cómo limpiar correctamente el condensador del frigorífico
- Desenchufa el frigorífico antes de empezar, por seguridad.
 - Sepáralo unos centímetros de la pared para acceder a la parte trasera.
 - Pasa un aspirador con un cepillo suave por toda la rejilla para eliminar el polvo.
 - Limpia la grasa restante con un paño ligeramente húmedo.
 - Vuelve a colocarlo dejando al menos 5 cm de separación con la pared para mejorar la ventilación.
 
Son solo diez minutos de trabajo, pero el impacto puede notarse en la factura. En invierno, cuando los motores trabajan más por el contraste térmico, esta pequeña acción puede evitar un sobrecoste de varios euros al mes.
Dos hábitos sencillos que reducen su consumo aún más
Además de limpiar la parte trasera, hay otros dos gestos que ayudan a mantener el frigorífico eficiente:
- Evita el hielo en el congelador: una capa de apenas 3 mm puede aumentar el consumo un 10 %. Si tu modelo no es “No Frost”, descongélalo por completo al menos una vez al año.
 - Ajusta la temperatura: la ideal es de +4 °C en el frigorífico y −18 °C en el congelador. Cada grado por debajo supone un gasto innecesario.
 
¿Seguro de no estar pagando de más?
Indica tus datos de consumo y descubre si estás pagando más de lo que deberías con la calculadora online gratuita de Selectra.
¿Seguro de no estar pagando de más?
Indica tus datos de consumo y descubre si estás pagando más de lo que deberías con la calculadora online gratuita de Selectra.
Errores del día a día que hacen trabajar más al motor del frigorífico
Algunos hábitos comunes pueden hacer que tu nevera consuma más sin que lo notes:
- No guardes alimentos calientes: suben la temperatura interior y fuerzan al motor.
 - Comprueba que la puerta cierre bien y que las gomas no estén deformadas.
 - No lo coloques junto a fuentes de calor como el horno o el radiador.
 - Si vas a cambiarlo, elige un modelo con etiqueta A o B: consumen hasta un 60 % menos que los antiguos.
 
Comparte este artículo con quien quieras: